Sin duda algo que nunca dejará de sorprendernos es el fascinante mundo de la naturaleza, en el habitan miles de seres vivos con una asombrosa variedad de formas, colores y comportamientos, por ello, en esta ocasión queremos dedicar este artículo a hablar sobre las aves, mismas que han cautivado la atención de los observadores de la naturaleza y los científicos durante siglos.
En el municipio de Tepoztlán caracterizado por la asombrosa forma de sus cerros, sus tradiciones, su clima único, su misticismo y su gente, existe un rinconcito mágico que pocos conocen, una pequeña comunidad en la que la belleza de la naturaleza se manifiesta en su máxima expresión: San Andrés de la Cal, un poblado indígena ubicado a 15 minutos del centro del municipio, también conocido en náhuatl como “Tenextitla” (lugar donde hay cal).
Este pequeño pueblo ubicado al sur un poco oeste de Tepoztlán, y al que puedes accesar por la carretera libre Cuernavaca-Tepoztlán, dando vuelta a la izquierda en el kilómetro 14, es un sitio caracterizado por ser tierra de productores de maíz y sorgo, principalmente, aunque también comienzan a destacar los apicultores; quienes gracias al clima del lugar producen una miel extraordinaria.
Por ello, hoy queremos invitarte a conocer este espacio donde la biodiversidad se mezcla con la cultura y donde el cielo se llena de trinos y colores en un espectáculo único, una región que se ha convertido en un refugio para aves migratorias que viajan miles de millas para llegar. Bienvenidos a San Andrés de la Cal.
Te preguntarás, ¿por qué es San Andrés de la Cal?, pues bueno según Enrique de Nalda, en su estudio Un horno de cal en Hacienda Calderón, Morelos, dice que “el nombre del pueblo delata que fue la actividad fundamental de sus habitantes hasta el cierre de la Revolución mexicana en la región, y más concretamente hasta la pérdida de la competitividad con la instalación de hornos modernos, alimentados por petróleo y gas, y mayor capacidad de producción”, por lo que, en la actualidad en las faldas de uno de los cerros que rodea el lugar conocido como “Barriga de Plata”, aún se encuentran vestigios de estos hornos.
Y es que es justamente en esta zona, en donde investigadores como Fernando Urbina Torres, profesor investigador del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) de la UAEM, en el año 2005 cuando visitó por primera vez el pueblo para analizar qué especies habitan en la selva baja caducifolia, se motivó a estudiar las aves como tema principal, sin saber que se encontraría con una sorpresa, un extraordinario número de aves, un santuario de aves migratorias
La selva baja caducifolia o bosque tropical caducifolio es un ecosistema característico de México, posee una alta biodiversidad y endemismos. Se desarrolla en climas del trópico húmedo y subhúmedo en condiciones de anegación total del suelo en temporada de lluvias que se seca durante el estiaje, constituyen el límite térmico e hídrico de los tipos de vegetación de las zonas cálido-húmedas (Pennington y Sarukhán 1998); características que ofrecen una gran diversidad florística y por ende una gran cantidad de recursos alimenticios, además de la cercanía de otros ecosistemas o tipos de vegetación, que influyen en la cantidad de aves que se presentan en la zona.
Para el año 2005, muchos investigadores y aficionados habían realizado proyectos de avistamientos de aves en esta comunidad. Después de varios estudios realizados, se encontró que el santuario se compone por un total de 231 especies de aves de la región y migratorias, que incluso viajan desde Alaska para pasar el invierno en la comunidad, y regresan en marzo y abril a sus lugares donde finalmente se reproducen.
En este contexto, para los residentes de San Andrés de la Cal, cuyas vidas cotidianas están arraigadas en una amplia variedad de ocupaciones, desde la producción de maíz, sorgo y miel, hasta las generaciones más jóvenes que buscan oportunidades educativas o laborales en Cuernavaca o Tepoztlán, mientras que las mujeres desempeñan un papel fundamental en el cuidado de sus hogares, estas noticias a menudo pasan desapercibidas y solo llegan a un reducido segmento de la población.
Sin embargo, continuando con el reconocimiento que ha recibido San Andrés de la Cal, fue en el año 2020, cuando en el marco del Día Internacional de las Aves Migratorias, la Organización Civil Garzas Blancas perteneciente a esta comunidad, reconoció a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), por el trabajo que realizó el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB), mientras que las autoridades municipales reconocieron por primera vez a la comunidad como reservorio natural de aves.
Recientemente, en el año 2022, las autoridades municipales en funciones instalaron una placa conmemorativa en la ayudantía municipal de la comunidad, la cual oficialmente reconoce al lugar como un Reservorio Natural de Aves. Además de esto, en la entrada al pueblo, en el kilómetro 14, se encuentra un mural que representa a una garza blanca, en alusión a la abundancia de estas aves que llegan a la laguna en este hermoso rincón de Tepoztlán.
¿Cuáles son las especies de aves que se han encontrado en San Andrés de la Cal?
Las especies más abundantes fueron el colibrí corona violeta (Amazilia violiceps), matraca del Balsas (Campylorhynchus jocosus), zorzal cara gris (Catharus minimus), saltapared barranqueño (Catherpers mexicanus), trepatroncos mexicano (Lepidocolaptes leucogaster), zacatonero pecho negro (Peucaea humeralis), búho cornudo (Bubo virginianus), tecolote del Balsas (Megascops seductus), aguililla cola roja (Buteo jamaicensis), calandria dorso negro menor (Icterus cucullatus), gavilán de Cooper (Accipiter cooperii), huilota común (Zenaida macroura), y el pájaro reloj (Momotus mexicanus), datos obtenidos de La Biodiversidad en Morelos vol. II.
¿Es posible llevar a cabo el avistamiento de aves en esta comunidad?
A pesar de que el turismo no es una práctica común en San Andrés de la Cal, y la comunidad no está acostumbrada a ello, si te encuentras leyendo esto y te interesa realizar avistamiento de aves en este encantador lugar, ¡puedes hacerlo! La única recomendación es que siempre te acerques con respeto hacia la naturaleza y sus habitantes. Si es posible, considera la posibilidad de contratar a un guía certificado que te oriente en tu exploración. Los residentes locales son amables y hospitalarios. En la entrada de la comunidad, encontrarás las dos iglesias que son emblemáticas de este lugar. Se dice que en una de ellas, Morelos ofició una misa histórica. Si visitas en fin de semana, tendrás la oportunidad de disfrutar de una deliciosa nieve endulzada con miel, el puesto es el único en este sitio y se ubica a un costado de la iglesia.
En resumen, el municipio de Tepoztlán es un destino verdaderamente encantador que ofrece una diversidad de ecosistemas y lugares impresionantes por descubrir. Te recomendamos que, si planeas visitar esta región, investigues su riqueza cultural y explores las actividades que te gustaría experimentar. En particular, en el pintoresco pueblo de San Andrés de la Cal, han establecido tradiciones notables, como la celebración anual de la Feria del Ponche en diciembre. Además, por primera vez este año, disfrutaron de la Fiesta de la Miel en marzo. Sin embargo, si buscas una experiencia única y deseas presenciar un atardecer mágico acompañado por garzas blancas, te sugerimos que programes tu visita para el mes de octubre.Principio del formulario